Oeste
31 de Agosto de 2017
Al mirar al horizonte descubrimos que, al igual que el otoño, el oeste nos ofrece una vista singular a la puesta del sol, con tonos rojizos y marrones que pintan un mural al terminar el día.
Y es que no hay nada como viajar con el sol a la espalda, sin deslumbramientos, ganando segundos de luz a cada paso que damos e intentando que el día se alargue lo más posible, para así disfrutarlo más.
Porque quienes están más a Occidente en cada huso horario disfrutan de los atardeceres más tardíos, a la par que amanecer con el sol aún desperezándose.
También podemos encontrar culturas y modos o maneras más modernos, construidos y cimentados bajo el recuerdo de lo antiguo como memorial de una historia que no han vivido pero la mantienen en la memoria.
Y ya el sol se puso, terminó el día y con él terminaron estas letras, dejando que el tiempo y el apetito permitan reanudar el ciclo y empezar de nuevo un mejor mañana.
Y es que no hay nada como viajar con el sol a la espalda, sin deslumbramientos, ganando segundos de luz a cada paso que damos e intentando que el día se alargue lo más posible, para así disfrutarlo más.
Porque quienes están más a Occidente en cada huso horario disfrutan de los atardeceres más tardíos, a la par que amanecer con el sol aún desperezándose.
También podemos encontrar culturas y modos o maneras más modernos, construidos y cimentados bajo el recuerdo de lo antiguo como memorial de una historia que no han vivido pero la mantienen en la memoria.
Y ya el sol se puso, terminó el día y con él terminaron estas letras, dejando que el tiempo y el apetito permitan reanudar el ciclo y empezar de nuevo un mejor mañana.