Fantasía prohibida
20 de Abril de 2014
Estaba sentado en la cama de aquella habitación esperándote, pensando en cómo pude llegar hasta allí sin haberlo planeado, cuando se abrió la puerta y apareciste tú ...
Se desvanecieron todas mis dudas al verte delante mío, sonriente, con esa mirada de chiquilla que, a la vez, era de mujer ...
Lentamente te acercaste hasta mí, dejando que tu vestido se meciera al ritmo de tu cuerpo, al compás de tus caderas, mostrándome, paso a paso, la silueta de tu cuerpo, imaginándomelo desnudo ...
Te paras delante mío y me vuelves a sonreír, regalándome la belleza de tu rostro en un gesto que sabes que deseaba. Acercas tus pequeñas y finas manos a mi rostro y acercas tus labios a los míos; el beso es suave y estático, sin movimiento, sólo sintiendo el tacto de tu boca con la mía ...
Te separas de mí mientras me miras maliciosamente, como invitándome a descubrir lo que vas a hacer; poco a poco, te vas quitando el vestido, sin prisa, dejando que tu cuerpo se vaya mostrando lenta y pausadamente, la piel blanca y joven sobre tu pequeño y frágil cuerpo ...
Te observo delante mío totalmente desnuda, admiro cada rincón de tu cuerpo, ansío cada curva, anhelo besar cada centímetro, deseo acariciarlo por completo ...
En un momento yo también quedo desnudo frente a ti y tú observas mi figura, en tus ojos brilla el deseo; unimos nuestros cuerpos en un placentero abrazo mientras nuestras manos recorren la piel del otro, moviéndose los dedos por azar y sin sentido, descubriendo nuevas sensaciones al tacto ...
Juntamos nuestras bocas y nos fundimos en un largo y apasionado beso, saboreando los húmedos labios del otro, dejando nuestras lenguas a su capricho y antojo disfrutando en su particular intercambio de pasión ...
Sentado otra vez en la cama y tú encima mío, recorremos nuestros cuerpos con las manos mientras los besos son cada vez más fogosos y apasionados; en un momento nos quedamos quietos, tú encima mío, yo dentro de ti; nuestras miradas se compenetran y asienten al saber que somos uno, que compartimos sensaciones al ritmo de nuestros sentimientos ...
Poco a poco te vas moviendo, meciendo tus caderas a un ritmo suave y placentero, buscando tu propio disfrute mientras yo disfruto como nunca; mis manos acarician tu cintura, tus caderas, el interior de tus muslos mientras el ritmo sigue siendo tranquilo y relajado; tus manos en mi cuello juguetean con mi nuca, explorando los puntos más sensibles que me estremezcan y me lleven a un placer casi desconocido ...
El ritmo empieza a aumentar y tu cuerpo se mueve un poco más rápido, provocando jadeos espontáneos que muestran la intensidad de lo que estamos compartiendo; mis manos se acercan a tus nalgas y, suave pero firmemente, encajan a la perfección para intentar controlar el ritmo mas el mismo se vuelve frenético por momentos ...
En un instante nos miramos a los ojos y ambos sabemos que llega el final; lo disfrutamos de la mejor manera que sabemos, labio contra labio, cuerpo contra cuerpo, en una repentina parada, intentando mantener ese momento por eones, el placer recorriendo el único ser que formamos los dos ...
Todo acabó y sabemos que no podrá repetirse, somos enemigos y jamás viviremos un ápice de lo que fantaseamos, es un amor imposible, una fantasía prohibida ...