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sábado, 25 de julio de 2015

Primeras Letras nº 3 - Chester fiel

Chester Fiel

25 de Julio de 2015


Una noche muy lluviosa salió a recorrer los bares de siempre. No podía entrar en 'Clington' pues no le fiaban y debía bastante. En 'Barrios Nuevos' la gente no sabía qué contar y en 'Dyxys' la información no abundaba.

Así pues, se dirigió al bar de los policías, donde varios conocidos solían ir a jugar unas partidas al billar.

Batiendo la puerta se encontró con su antiguo jefe, que le felicitó las fiestas como si estuviera obligado. A Chester le repugnó tal idea.

En cuanto se hubiera tomado dos o tres cervezas tendría la cabeza clara, pensaba.

Se dirigió al billar y preguntó por el "ave clueca" y, como un trueno, surgió una voz que le invitó:

- "Ojo de buey elimina a la gallina".

Sam era una buena persona y, aun cuando jugaba a las cartas, tenía el don de no perder la calma.

Se dirigió a Sam como el que tiene una versión de los hechos única y le invitó a una cerveza. Mientras se la tomaba, le preguntó acerca de rumores en la "Gran Casa", conocida masía de las afueras de la ciudad, propiedad de la persona más rica de las cercanías.

Sam le contó que, al estar fuera de servicio, prefería darle información confidencial, pero sólo podía atenerse a las circunstancias como conocedor del caso.

Llegados a este punto se divisó a lo lejos una cabeza conocida por todos y, dirigiéndose a Chester, le dijo:

- "Hace buen tiempo para que los camaradas estén bebiendo".
- "¡Joe, cuánto tiempo! No sabía que aún rondabas a los turistas".

Esto le fortaleció pues Joe fue su compañero de patrulla cuando trabajaba en el cuerpo. Uniéndose a la conversación les comentó que había desaparecido la hija del "Jefe" y que necesitaban los servicios de un buen detective.

Al encontrar a Chester le invitó a que viera las circunstancias en que se encontraba la familia de Frederic, dueño de la "Gran Casa".

Él aceptó encantado pues las desapariciones de personas siempre le habían llamado la atención, y ya sabía de antemano que este caso podría durar un tiempo, el suficiente para aclarar sus ideas.

Desenfundó una billetera de cuero pelado, oscura, la abrió y sacó un billete que entregó al camarero. Acto seguido, se dirigió en su coche junto con Joe y Sam hacia el más enigmático caso que se había encontrado en varios lustros de su vida.

Normalmente, sintiendo el frío en el cuerpo, se concentraba en lo que hacía; pero hoy era diferente, presentía que había gato encerrado.

En efecto, el ama de llaves salió a recibirles con un aire de culpabilidad, puesto que sabía de antemano a qué venía Chester.

Les invitó a quedarse en el pasillo de la entrada mientras llamaba a su jefe, cuando Chester le preguntó a Sam:

- "¿Dónde está el mayordomo? Si tengo bien entendido, sólo abren la puerta grande los mayordomos".
- "Esto suele ser común en esta casa: hoy uno, mañana otra" - le respondió Sam.

Cuando el "Jefe" les recibió parecía un hombre calmado y sabio, cosa que demostró al enseñarles un cuadro de un pintor un poco loco en su tiempo. Les explicó lo ocurrido en aquel fatídico momento en que desapareció su hija, no sólo para corroborar su coartada sino para que Chester pudiera hacerse una idea de lo que trataba el caso en sí.

Mas Chester no se percató de ello hasta que le habló del prostíbulo, pues suponía que Frederic estaba casado, pero no le acusó en ese momento.

Dio vuelta a la cabeza para admirar un cuadro de Van Gogh y siguieron con la charla.

Escrito en Mayo de 1996

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