Como el éter que acompaña mi más cercano descanso, como el aire que embellece mi mecanismo interno, como el agua que saborean las bellezas marinas, vuelvo a ti.
Sin ruidos y sin anuncios.
Con paso cauteloso y sigilo.
Teniendo en cuenta tu reposo, no lo destorbo.
La razón
5 de Enero de 2016
Es demasiado.
Para tan poca razón hay demasiada lógica.
¿Y qué razón da lógica a un mundo tan ilógico como éste?
Una superficialidad humana puede subjetivizar un concepto tan subjetivamente objetivo.
Es verdad, lo objetivo se forma a partir de lo subjetivo.
Pero nunca se llega a generalizar una cuestión.
Le damos la razón, pues, a los conceptos generales pues la excepción confirma la regla.
Una regla muy simple: hacer lo que está objetivizado.
Y, como todo es genuinamente subjetivo, a cumplir lo que cuatro personas legan a la humanidad: el desastre.
Y, en verdad, tendrán razón, al fin y al cabo.
Para tan poca razón hay demasiada lógica.
¿Y qué razón da lógica a un mundo tan ilógico como éste?
Una superficialidad humana puede subjetivizar un concepto tan subjetivamente objetivo.
Es verdad, lo objetivo se forma a partir de lo subjetivo.
Pero nunca se llega a generalizar una cuestión.
Le damos la razón, pues, a los conceptos generales pues la excepción confirma la regla.
Una regla muy simple: hacer lo que está objetivizado.
Y, como todo es genuinamente subjetivo, a cumplir lo que cuatro personas legan a la humanidad: el desastre.
Y, en verdad, tendrán razón, al fin y al cabo.
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