Desconcierto
25 de Junio de 2016
Aquel día se levantó con un tremendo dolor de cabeza. Había pasado la noche anterior bebiendo y la consecuente resaca le producía una jaqueca insoportable.
Fue al cuarto de baño y se miró al espejo. Tenía ojeras.
Sin poder controlar las náuseas, vomitó en el inodoro y estuvo resoplando varios minutos.
Calmadas las arcadas y notando cierta mejoría, fue a la cocina y se preparó un café. Sin su café no era nadie.
Con la taza en la mano se sentó en un sillón y puso las noticias matutinas.
- Un accidente en la autopista...
- Un banquero encarcelado por estafa...
- Buscaban a un asesino. La noche pasada había violado y matado a una joven de forma brutal. Dos amigos de la víctima la vieron marcharse del bar donde estaba acompañada de un hombre alto, moreno y corpulento. Llevaba una chaqueta con una insignia que sólo podía ser de una zona. La policía se dirigía a los barrios marginales en busca del sospechoso.
Apagó el televisor y notó que estaba sudando, a pesar de sentir temblores por todo el cuerpo.
Se levantó con notable esfuerzo y se dirigió torpemente hasta su habitación.
Tenía la marca del miedo en el rostro.
Sus gestos lo delataban, vistiéndose con ropa discreta para no llamar la atención.
Salió presuroso a la calle sin fijarse en otra cosa más que en el camino que debía llevarlo a su destino.
Grande fue su sorpresa al ver a la policía llevándose a su hermano.
Pero mayor fue la de los policías al encontrarse frente a frente a dos hermanos gemelos.
Fue al cuarto de baño y se miró al espejo. Tenía ojeras.
Sin poder controlar las náuseas, vomitó en el inodoro y estuvo resoplando varios minutos.
Calmadas las arcadas y notando cierta mejoría, fue a la cocina y se preparó un café. Sin su café no era nadie.
Con la taza en la mano se sentó en un sillón y puso las noticias matutinas.
- Un accidente en la autopista...
- Un banquero encarcelado por estafa...
- Buscaban a un asesino. La noche pasada había violado y matado a una joven de forma brutal. Dos amigos de la víctima la vieron marcharse del bar donde estaba acompañada de un hombre alto, moreno y corpulento. Llevaba una chaqueta con una insignia que sólo podía ser de una zona. La policía se dirigía a los barrios marginales en busca del sospechoso.
Apagó el televisor y notó que estaba sudando, a pesar de sentir temblores por todo el cuerpo.
Se levantó con notable esfuerzo y se dirigió torpemente hasta su habitación.
Tenía la marca del miedo en el rostro.
Sus gestos lo delataban, vistiéndose con ropa discreta para no llamar la atención.
Salió presuroso a la calle sin fijarse en otra cosa más que en el camino que debía llevarlo a su destino.
Grande fue su sorpresa al ver a la policía llevándose a su hermano.
Pero mayor fue la de los policías al encontrarse frente a frente a dos hermanos gemelos.
Escrito el 4 de Noviembre de 1999
Revisado el 22 de Enero de 2010
Revisado el 22 de Enero de 2010
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