No hay DOS sin TRES
5 de Septiembre de 2012
"Donde caben dos, caben tres...", reza la canción, ya famosa, cantada para hacer que compres muebles. ¿Dónde? No lo diré porque no me pagan por hacer publicidad.
Al igual que donde caben dos, caben tres, yo también quiero incluir un tercer blog para lectura y disfrute de quienes, por casualidad, curiosidad, incertidumbre, error o ansia, entren en esta página. ¿Y qué puedo contar ahora, siendo yo errante y el misterio me acompañe? Pues nada nuevo.
Ahora podemos decir: "Ya tenemos la trilogía del Poeta Errante". Y no os faltará razón porque, al igual que Supermán, Scream, Star Wars, El Padrino y otras tantas, también quiero superarme para dar un final tanto alternativo como definitivo. Con esto no quiero decir que no vaya a escribir más. Tampoco haré como Star Trek que ya deben haber alcanzado un rascacielos de sagas. Simplemente, aquí irán cayendo palabras y más palabras.
Como habréis comprobado, quizá utilice un programa que busca palabras aleatoriamente. También tengo un programa que selecciona las palabras y las agrupa por temas, secciones, parecidos u otras opciones. Un último programa (donde hay dos habrán tres) coge todas esas palabras y las junta creando estos bellos e innovadores blogs (para qué pensar si las máquinas lo hacen todo por nosotros) dejando un gusto y un regusto a los lectores que mejor olvidar.
Y estaba yo pensando, divagando, estirado en el sillón (que sofá no cabe) como un superhéroe de goma, extremidades lánguidas y mirada perdida. Y llegué a la conclusión que, para ser tres, antes tendremos que ser dos. ¿Alguna voluntaria que quiera pasar el resto de su cordura conmigo? Ya hablaremos más tarde de precauciones e inversiones. Sólo has de firmar el contrato por el cual te ligas a mí para mucho tiempo y dejar que la naturaleza haga su trabajo. Así, casi sin darte cuenta, verás que. siendo dos, acabaremos siendo tres. O cuatro. O cinco. Según la naturaleza.
Creo que acaba de sonar la alarma y los huevos ya deben de haberse cocido. Iré a prepararme un exquisito plato de huevos con atún y mahonesa, un poco de lechuga, un tomate y a comer. Que la jornada ha sido dura y el hambre aprieta. Mejor dicho, ya se ha despertado mi apetito y no tengo galletitas saladas para calmarlo.
El Poeta Errante
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