3.- Pagando con quejas
5 de Mayo de 2014
Te pasas la vida oyendo: No te quejes, que hay gente que lo pasa peor.
Y sigues quejándote.
Por eso no voy a ser menos y sigo con mi retahíla de quejas; esta vez, me quejo de lo desproporcionado que es el dar y recibir.
Toda la vida estás pagando para morir endeudado y, cuando parece que sales del bache, nuevos impuestos, nuevas tarifas y facturas fantasmas te persiguen hasta el final de tus días.
Sólo por nacer ya les cuestas dinero a tus padres, cantidad que crece desorbitadamente hasta que obtienes tus propios ingresos para pagar tus cosas. Ahí dejas viejos hábitos consumistas para consumirte en tus propias quejas.
Hipoteca, luz, agua, gas, coche, I.B.I., I.V.A., I.R.P.F., seguros, teléfono, comida, ropa, dentista todo ello un cúmulo de pagos imposible de hacer frente.
Y no olvidemos a Hacienda, que somos todos (ríanse conmigo de forma sarcástica, por favor). Por el mero hecho de ingresar un céntimo te cobra euro y medio para forrar las arcas del Estado.
Al menos, por ahora, me está saliendo gratis quejarme, hasta que venga el de la S.G.A.E..
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