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sábado, 10 de mayo de 2014

Un paseo por el corazón nº 6

Amor a primera vista
10 de Mayo de 2014

Una llamada.

Sólo una.

No cabía duda, estaba enamorado.

Pero ella decidió por otro.

Quizá haya suerte.

Pero el destino jugaba una partida perdida.

El amor no llegó a demostrarse.

La llamada.

Sólo ésa.

Nadie más lo sabía.

Me decidí a hablar con ella, acompañada como estaba, y me presentó a su amigo. Nos saludamos y empezamos a hablar. Me disculpé luego, dirigiéndome a mi mesa, cuando me dijo que me podía quedar.

No había nada que ocultar.

Juan Carlos y yo empezamos a hablar de cómo la conocimos. Fue curioso cómo ella llegó a extrañarse de nuestra conversación a tal punto que se excusó para ir al servicio.

Él y yo continuamos hablando y quedamos para mirar un artilugio de segunda mano que había adquirido hacía poco. Estaba estudiando y trabajando a la vez. Era algo agotador y no tenía demasiado tiempo para salir así que me ofrecí a ir a su casa, en vez de quedar en alguna calle. Al final nos intercambiamos los números de teléfono, justo cuando ella regresaba. Entonces Juan Carlos dijo que era tarde y llegaba con retraso a un asunto privado.

Más tarde descubrí que quedó con su novia.

Me quedé, entonces, con ella y decidió que la acompañara a su casa. Con gesto que denotaba dolor, la invité a tomarse algo, cosa que rechazó. Al salir del bar intenté indagar el porqué de aquel momentáneo enfado. Pero ella me cerraba las puertas una y otra vez.

Bajamos por Balmes mientras ella callaba.

Cuando llegamos a Consejo de Ciento le invité a entrar en un bar que bien conocía por haber estado allí con mi compañero de piso. A regañadientes, aceptó. Una vez dentro nos dirigimos a una mesa apartada de las demás. Pedimos y, entonces, le tomé la mano.

Ella, primero se sonrojó, luego me miró a los ojos.

Y entonces me declaré.

Saqué del bolsillo de mi chaqueta una cajita envuelta en un papel oscuro y se la entregué.

Ella no sabía qué decir.

La abrió y descubrió aquella pulsera que, días antes, recogía su impunidad y perdía la virginidad ante el grabado "Por ahora y por siempre".


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