A una amistad que se marchó
No la cambiaré
10 de Septiembre de 2015
Con aquella rubia melena
estabas el otro día;
al dirigirme a ti
me evitabas, te evadías;
te miraba fijamente
y mi mirada rehuías;
te escuchaba atentamente
y ni siquiera tú me oías.
Cuando el pelo te cambiaste
mudaste tu persona,
me hablabas, me mirabas
e incluso eras otra.
Más ágil te volviste
e incluso bella y muy hermosa,
la de ahora por la de antes
no la cambio, es mi esposa.
estabas el otro día;
al dirigirme a ti
me evitabas, te evadías;
te miraba fijamente
y mi mirada rehuías;
te escuchaba atentamente
y ni siquiera tú me oías.
Cuando el pelo te cambiaste
mudaste tu persona,
me hablabas, me mirabas
e incluso eras otra.
Más ágil te volviste
e incluso bella y muy hermosa,
la de ahora por la de antes
no la cambio, es mi esposa.
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