Capítulo 7
15 de Octubre de 2012
No podían creer lo que sus oídos acababan de escuchar.
Tomás.
Tomás fue un cabrón que acabó muerto y que les provocó mil pesadillas, les jodió la vida aun después de muerto.
Paco notó que un escalofrío le recorría el cuerpo mientras vio cómo Sonia se desmayaba y caía al suelo. Roberto terminó por cagarse de miedo, literalmente. Anselmo lo empujó sin dejar de apuntarle.
- ¡Pero serás cerdo!
Roberto se tambaleó hacia su hermana, con el cuerpo descompuesto. Seguía pálido y sudando como un cerdo, su andar era pesaroso y le temblaban las manos. Se paró ante Sonia y se agachó cogiendo a su hermana entre sus brazos y murmurando:
- Soy joven para morir, soy joven para morir ...
- ¡Cállate ya, estúpido!
La voz de Anselmo sonó autoritaria, sus ojos rabiaban de ira y sus palabras eran acompañadas de escupitajos.
- ¡Siempre gimoteando, cabrón! ¿Quieres acabar como Tomás? ¿O ya no lo recuerdas?
- ¡Basta ya! -gritó Paco, temblándole el labio inferior-
Dinos qué quieres y porqué haces esto.
- Mejor me explicas tú porqué tuvo que morir Tomás.
- ¡Olvídate de Tomás! Ya pasó a la historia, está muerto.
- ¡¡No lo olvido porque lo matasteis vosotros!!
Paco se mordió el labio inferior intentando calmar sus nervios.
- Y tú, ¿de qué me conoces?
- ¡Pobre "pegajoso", que no recuerda a sus amigos!
- ¡Yo no soy tu amigo, cabrón!
- Vigila tus palabras, que pueden ser tu sentencia de muerte.
Paco apretó los puños mientras desafiaba a Anselmo con la mirada.
- Pareces muy seguro con un revólver en la mano ...
- Igual que tú hace tiempo -sentenció Anselmo.
Roberto se levantó de un salto y se abalanzó hacia Anselmo mientras Sonia se despertaba.
-
¿Qué ha pasado? -musitó.
- ¡Roberto, no! -gritó Paco.
- ¿Roberto? -dijo Sonia-
¿Qué pasa, Roberto?
- ¡Insensato! -gritó Anselmo.
- ¡¡No lo hagas!! -dijo Paco dando un paso adelante.
El silencio de la tarde se interrumpió ante un sonoro disparo.
Paco, Sonia e incluso Anselmo, se quedaron atónitos al ver a Roberto desplomarse al suelo cuan largo era él.
Paco miró a Anselmo y vio que tímidamente temblaba mientras que Sonia se iba encendiendo de la rabia, sus ojos reflejando una ira incontenible, los dientes apretados al máximo, las uñas hiriendo sus palmas de la fuerza con que apretaba los puños.
- ¡Serás hijo de ...! -gritó Sonia.
- ¡No, no! -dijo Anselmo, abriendo los ojos desmesuradamente-
¡No quería hacerlo!
- ¡¡Bastardo hijo de la gran ...!!
Y Sonia se levantó de un salto y se lanzó contra Anselmo, seguida por Paco.
- ¡No, Sonia!
- ¡Déjame en paz, que yo lo mato!
- ¡Ha sido un accidente! -dijo Anselmo.
- ¡¡Cabrón, te voy a arrancar los ojos!!
Anselmo dejó caer el revólver cuando notó las uñas de Sonia en su garganta mientras Paco la cogía para separarla de Anselmo. Sonia luchaba con furia, clavando más y más las uñas en el cuello de un aturdido Anselmo, mientras que Paco no lograba detener una posible carnicería.
- Parad, por favor ...
Los ojos de Sonia querían matar, descuartizar, desangrar, arrancarle los ojos, el corazón, la vida.
- Parad, por favor ...
Paco empleaba todas sus fuerzas para separarles, sintiéndose flaquear por momentos, tensos los brazos, sudorosa la frente.
- ¡¡Dejad de una puta vez a mi hermano!!