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sábado, 25 de mayo de 2013

El Día Señalado 5

EL DÍA SEÑALADO

Capítulo 4

25 de Mayo de 2013




Las partidas en la mesa de los clientes importantes siempre son amenas y divertidas, conjugando la pasión por el juego con la mayor de las diplomacias, haciendo que sea un espectáculo digno de ver. El encargado de llevar el juego en esa mesa es Daniel, un chico que tiene una agilidad mental increíble y que domina todos los juegos que en el salón se disfrutan. No hay nadie como él que sepa sortear las situaciones sorpresa.

Paco se encarga de revisar que todos los clientes tengan en el mejor servicio, que los que llevan los juegos se desenvuelvan con naturalidad y amabilidad y que el servicio de bar funcione correctamente.

Los señores de Cortija toman asiento en la mesa; a su derecha, se sientan los señores de Manresa, conocidos así porque tienen una gran hacienda en dicho sitio; a la izquierda, con reconocidos aires superiores, se sienta Don Salvador, un hombre poco común que pasa más tiempo en el salón que en el resto del hotel. Todos conocen su gran afición al juego de cartas, para él es algo personal, y obstenta el récord de partidas consecutivas ganadas, algo que siempre está dispuesto a superar.

Doña Carmela toma asiento, como siempre, en la mesita contigua, preparada exclusivamente para ella. Disfruta viendo jugar a los demás aunque nunca ha participado en ningún juego.

El cuadro lo completa Don José. Sólo asiste a los juegos de esa mesa cuando estan los otros cinco adversarios. Según él, para saber qué quiere un cliente, primero has de haberlo sido. Y, de rebote, se divierte jugando un rato a su mayor vicio secreto.

Comienzan los juegos y se ve gran animación en todas las mesas. Paco va recorriendo las mesas, pasa por el bar si es necesario y luego se dirige a la mesa especial, donde se queda un rato hasta que vuelve a repetir el mismo recorrido. No debe faltar nada a nadie.

- Vamos, Silvia -espeta Paco a la chica que se encarga del dominó- da buenas fichas a Don Ricardo que hoy es su aniversario.
- Sin duda que tendrá la suerte de su parte -responde ella con una sonrisa.

Paco se dirige a la barra.

- Bernardo, recuerda que el cliente nunca ha de tener la copa vacía, a menos que no quiera nada.
- Acabo de hacer el recorrido, señor Paco. Sólo la señora Mercedes ha rehusado repetir.
- Así me gusta, Bernardo, eficiencia en primer grado.

Y se dirige de nuevo a la mesa especial.

De camino, hace una pequeña reverencia a la señorita Mónica, por quien sufre una fuerte atracción. Joven y bella, sufrió un pequeño accidente tiempo atrás cuando iba con su prometido. Ella salió bien parada pero su prometido murió. De eso ya hace tres años.

Cuando Paco vuelve la vista hacia la mesa especial, y a tan sólo unos metros de ella, nota un dolor repentino a lo largo de su pierna derecha, desde el talón hasta la cadera y, sin darse cuenta, cae al suelo sin sentido.


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