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miércoles, 15 de mayo de 2013

El Secreto nº 14


Capítulo 14
15 de Mayo de 2013

Al abrirse la puerta, Paco y los demás tuvieron que taparse los ojos pues la intensidad del fuego que se encontraron les cegaba. Tardaron varios segundos en reponerse y, cuando lo hicieron, Sonia pegó un grito y se desmayó; Eulalia se apretó contra su hermano que, aterrado, volvió la mirada al pasillo; Roberto sintió la flaqueza de su cuerpo otra vez y Paco se quedó como petrificado, viendo la imagen que se ofrecía delante suyo, Juan desangrándose delante de una hoguera.

- ¡Qué horror! -dijo Eulalia.
- ¡Sonia! -gritó Roberto- ¡Sonia!

Roberto perdió las fuerzas de las piernas y se desplomó hacia su hermana, lágrimas en los ojos, dolor en el alma.

- ¡Paco, despierta! -dijo Anselmo dándole una palmada en la espalda.
- ¿Qué? -Paco se volvió con la mirada perdida- ¿Qué pasa?
- ¿No lo ves?
- ¿Qué?

Paco parecía haber perdido la noción del tiempo y de la realidad, como si no estuviese allí.

- ¿Quién habrá hecho esto? -preguntó Anselmo.

Paco se volvió a mirar hacia Juan, con el fuego entre ambos. Como si de un sueño se despertara, abrió los ojos desmesuradamente y gritó:

- ¡Juan!

No podía creer lo que estaba viendo, olas de ira y rabia crecían en su interior, su mente intentaba encontrar una explicación para todo esto.

- ¡Juan!

Le pasó el candelabro a Anselmo y se dirigió a donde estaba Juan, desatándole las cuerdas.

- ¡Juan, despierta!

Lo movió con cuidado de no dañar más su maltrecho cuerpo, no sabía si tendría algo roto. A juzgar por la sangre perdida le debían haber dado una buena paliza.

- ¿Eh, qué pasa? -balbuceó Juan, moviendo la cabeza de un lado a otro, pausadamente, como si estuviera drogado.
- ¡Juan, suerte que estás vivo! -dijo Paco.
- ¿Paco? ¿Eres tú, Paco?
- Sí, soy yo. Tranquilo, que te sacaremos de aquí.

Sonia seguía inconsciente en el suelo, junto a Roberto quien, mutando su cara en efímera alegría, dijo:

- Mira, Sonia, Juan está bien.

Anselmo lo miró y no llegó a comprender lo que había oído.

- ¿Has visto, Sonia? Juan está bien -volvió a decir.
- ¿Cómo que está bien? -dijo Anselmo- ¿No ves que está malherido?
- Juan está bien, Juan está bien ...

Roberto empezó a mecerse mientras musitaba una y otra vez lo mismo:

- Juan está bien, Juan está bien ...
- Este tío está loco -sentenció Anselmo.
- Tenemos que salir de aquí -dijo Juan, con expresión de dolor a causa de los golpes recibidos.
- Tranquilo, Juan, -dijo Paco- ya estás a salvo.
- ¡No, él está aquí! -gritó Juan.
- Aquí no hay nadie más, Juan.
- ¡Tiene que estarlo, ha dicho que iba a matarme!
- Se habrá ido al vernos aquí -dijo Paco.
- Pues no sé por dónde -dijo Anselmo- La única salida es por donde hemos venido.
- ¿Eso qué es? -preguntó Eulalia, frunciendo el ceño.
- ¿El qué? -preguntó Paco.
- Detrás tuyo ... parece una sombra.
- Claro, Eulalia. Mi sombra.
- No, no, ésta se mueve.
- Claro, con el fuego las sombras se mueven ...

Apenas terminaba Paco de hablar cuando un sonido seco sonó en la habitación. Paco cayó al suelo junto con Juan, al que tenía agarrado, dejando al descubierto la imagen de alguien a la luz de las llamas.

- ¡Tú! -gritó Eulalia- ¡No puede ser!



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