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jueves, 15 de agosto de 2013

El Secreto nº 17


Capítulo 17
15 de Agosto de 2013


Restos de una hoguera ondean al viento susurrando que son los últimos vestigios de lo que acaba de quemarse. Un montón de carbonilla cubre el cuerpo de Tomás, totalmente quemado. Apenas una nube queda como testigo del crimen y va marchando al ritmo del viento, dejando que la luna ilumine el campo.

Un quejido rompe el silencio de la noche.

Horas después, a la salida del sol, una figura se arrastra tras la maleza. A duras penas, avanza como un animal malherido que busca refugio para morir en paz.

Cuando todo el campo está iluminado por la luz del día, un encapuchado se dirige hacia la figura que yace tendida, la coge entre sus brazos y la lleva hacia la casa.

En el sótano del Salmerín apenas hay ventilación, una bombilla oscila en el techo dando una pálida luz que deja ver dos cuerpos, uno tumbado en un camastro y el otro de pie, a su lado.

- ¿Qué pasa?

El cuerpo que está tumbado parece haberse despertado de su letargo y gruñe al intentar hablar.

- ¿Qué pasa? -vuelve a decir.
- Tranquilo, ya estás a salvo.
- ¡Duele!

Un sonoro quejido acompaña a la voz.

- Es lo que tiene ser quemado vivo.

******

Después de varios meses, Tomás logra moverse con normalidad, salvado milagrosamente de una quema mortal.

Hace días que el desconocido no aparece y no ha logrado adivinar quién es, siempre con capucha y con el rostro oculto, voz grave disimulada con algún tipo de distorsionador. Mientras piensa en ello, el desconocido aparece y le dice:

- Tomás, hay que saber perdonar.
- ¡Pero yo quiero venganza!
- Vengándote no lograrás salvación para tu alma.
- ¡Eso me importa una mierda! Joder, que me han quemado…
. ¡Calla! Si no buscas tu propia salvación, yo mismo seré tu castigo.
- Pero, ¿qué dices?
- Es hora de redimirte por tu gran pecado, y olvidarte de venganzas.
- Jamás.
- Pues llegado el momento, serás castigado por mi mano.

Y, dándole la espalda, se aleja al bosque, no apareciendo jamás.

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