Un pescador, un lobo de mar, un navegante. Desde bien pequeño no conoció más que el mar y sus entresijos. Nunca le tuvo miedo hasta aquel día.
Una tormenta se desató mientras navegaba solo y volcó su embarcación, azotándole entre olas, engulléndole los remolinos.
Durante varios días fue zarandeado por las profundidades marinas, quitándole hasta el último de sus suspiros.
Su último pensamiento fue que iba a morir irremediablemente, mientras perdía la consciencia.
Cuando despertó, se encontró viviendo del agua, sin necesidad de respirar, sin hambre ni sueño, pudiendo cabalgar las aguas a su antojo. Así comenzó a descubrir las maravillas ocultas de los océanos, sintiéndose uno con el agua y pudiendo manipularla a su antojo.
Así estaba Hydros pensando en su pasado cuando vio en el aire unos remolinos que formaban una figura humana.
Al acercarse a la orilla se encontró con un ser hecho totalmente de piedra, que le miraba boquiabierto.
Una tormenta se desató mientras navegaba solo y volcó su embarcación, azotándole entre olas, engulléndole los remolinos.
Durante varios días fue zarandeado por las profundidades marinas, quitándole hasta el último de sus suspiros.
Su último pensamiento fue que iba a morir irremediablemente, mientras perdía la consciencia.
Cuando despertó, se encontró viviendo del agua, sin necesidad de respirar, sin hambre ni sueño, pudiendo cabalgar las aguas a su antojo. Así comenzó a descubrir las maravillas ocultas de los océanos, sintiéndose uno con el agua y pudiendo manipularla a su antojo.
Así estaba Hydros pensando en su pasado cuando vio en el aire unos remolinos que formaban una figura humana.
Al acercarse a la orilla se encontró con un ser hecho totalmente de piedra, que le miraba boquiabierto.
... continuarán las aventuras de Hydros próximamente ...
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