El Otoño
21 de Agosto de 2012
Una hoja caída de color pardo
empujada por el aire fresco
vuela alto y con su vuelo
anuncia que el otoño ha llegado.
empujada por el aire fresco
vuela alto y con su vuelo
anuncia que el otoño ha llegado.
Seguimos experimentando un cambio, esta vez más triste y apagado, quizá por el oscuro color de la naturaleza o por haber terminado las vacaciones, una estación que muchos no quieren que llegue nunca.
El viento le gana el pulso al sol
y, con ello, refresca el ambiente,
las chaquetas van vistiendo a la gente
y los árboles se mecen con alegría,
balanceando sus hojas todo el día
y dejando que vuelen libremente
para que puedan caer sobre el verde césped
que, poco a poco, cambia a color marrón.
y, con ello, refresca el ambiente,
las chaquetas van vistiendo a la gente
y los árboles se mecen con alegría,
balanceando sus hojas todo el día
y dejando que vuelen libremente
para que puedan caer sobre el verde césped
que, poco a poco, cambia a color marrón.
Los días se van volviendo más fríos, acompañados de ráfagas de aire que, a veces, dotan de vida a las chaquetas que hemos sacado del armario y que, a veces, cerramos para abrigarnos ante el cambio.
Nuestros paseos se ven interrumpidos por la caída de las hojas, los fuertes vientos y la noche que, día a día, empieza más temprano.
Es la época de los grandes cambios,
suele aparecer la melancolía
por volver a vivir en la monotonía
de tener que estudiar o ir al trabajo.
suele aparecer la melancolía
por volver a vivir en la monotonía
de tener que estudiar o ir al trabajo.
Es la estación de la madurez, donde se reflejan las pequeñas decisiones del año ya vivido y ya próximo a terminar. Las pasadas acciones pasan factura y nos ayudan a tomar nuevas y mejores.
Todos sacamos nuestros abrigos,
algunos incluso hasta la estufa;
siempre ves a alguien que busca
a la amable y buena castañera,
que reparte castañas como si fueran
calientes joyas que buscan fuga
de un fuego rojo que las deslumbra
para acabar comidas en un suspiro.
algunos incluso hasta la estufa;
siempre ves a alguien que busca
a la amable y buena castañera,
que reparte castañas como si fueran
calientes joyas que buscan fuga
de un fuego rojo que las deslumbra
para acabar comidas en un suspiro.
Grandes y pequeños gozan del placer de la "castañada", al amparo del calor de las estufas y disfrutando los disfraces que visten la noche de "Todos los Santos".
Y por un instante, grandes caras de alegría aparecen cuando el famoso puente de Diciembre nos permite disfrutar de algún descanso extra.
Y así con el frío el otoño se va
dejando los suelos de cáscaras llenos
y de hojas que recogen los barrenderos
para dar paso a la estación invernal.
dejando los suelos de cáscaras llenos
y de hojas que recogen los barrenderos
para dar paso a la estación invernal.
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