Publicaciones del blog

Estés donde estés, que te sea fácil acceder al resto de publicaciones mediante el --> Índice <--


viernes, 31 de agosto de 2012

Avance: Septiembre '12

Avance


Septiembre 2012


Habiendo visto el éxito que tuvo el anterior avance, desde la dirección de esta página hemos decidido seguir publicándolo. Para que podáis estar enteradas/os de las nuevas publicaciones, así de las ya existentes.
Así que vamos informaros:

Día 5: Tercera entrega a cargo de El Poeta Errante. ¿Con qué nos sorprenderá esta vez?
Día 10: ¡Estrenamos publicación! Primera entrega de un bonito relato en cinco partes, Fue bonito mientras duró. <-- ¡¡¡ NUEVO !!!
Día 15: ¿Qué es lo que encontró Sonia? ¿Y por qué Paco y Roberto han discutido? Sexto capítulo de la trama más suculenta en El Secreto.
Día 25: El Paseante nos trae, de nuevo, otra de sus aventuras y, quizá, ¡hasta nos sorprenda!
Día 30: Cómo no, el avance para el próximo mes.

Espero no defraudaros con ninguno de mis escritos y, sobre todo, no fallar en ninguna de mis publicaciones. para que yo pueda seguir escribiendo necesito que vosotras/os sigáis leyendo. Gracias.

Las Cuatro Estaciones: Invierno

El Invierno



31 de Agosto de 2012


Caen gotas de lluvia fina
de tacto frío como la nieve,
será que el invierno prefiere
empezar cuando la gente se abriga.

Y llegó la última estación del año, blanca y fría como la nieve que la representa, acompañada de tristeza por el fin y de júbilo por el inicio de los años.

Lluvias y vientos se mecen
alejando a la plebe a sus casas,
instan a sacar las bufandas
y también algún que otro gorro,
azul, verde o incluso rojo
llevan en sus prendas de lana,
ven cómo la lluvia ya amaina
para dejar paso a la blanca nieve.

Las calles se visten de luces y las gentes con ropas de abrigo, celebrando el cambio del año y contrastando con los cambios meteorológicos. Vuelve a ser una costumbre mirar al cielo para adivinar el tiempo que puede hacer y así abrigarse lo necesario.

Es la última época del año
que anuncia su próximo fin,
tiñendo las calles así
de frío y helado color blanco.

Esta época marca el final de un ciclo, la muerte de las viejas costumbres y el inicio de nuevas promesas para el año venidero y el ciclo próximo, cerca de empezar.

Hay reuniones por doquier
con muy queridos familiares,
llegados algunos de lejanos lugares,
dejando hermosos regalos
y algún vale por algo rebajado
antes de llegar la famosa cuesta,
la que nos vale más de una receta
por no dejarnos dormir bien.

Blancas navidades y celebraciones varias reúnen a familiares que comparten el amor de estar otro año juntos y aprovechan para demostrarlo con regalos siguiendo tradiciones de antaño, pasando por los difíciles días de la famosa cuesta, marcados por la "Candelaria" y llegando al inicio del siguiente ciclo, saliendo de su letargo y viviendo una nueva vida mejorada.

Y después de mucho frío
el invierno nos abandona,
vuelve a empezar de nuevo ahora
otro buen año, ciclo tras ciclo.

sábado, 25 de agosto de 2012

El Paseante nº 7

El Paseante nº7

25 de Agosto de 2012




Estirado en el suelo, al pie de la escalera, yace el cuerpo de la joven que resplandece. "El Paseante" se acerca a él, se agacha y lo inspecciona.
Nada.
Intenta encontrarle, en vano, el pulso, el resto de un latido perdido, una señal que le indique que la vida sigue en ese cuerpo.
Nada.
- ¿Cómo es posible...?
La mujer no termina la frase, la palidez de su rostro se acentúa y la sorpresa de sus ojos muta en temor.
- No me explico lo que veo. -dice "El Paseante"- Estás en el suelo pero también delante mío, de pie...
- ¿Con quién habla?
Una mujer aparece tras "El Paseante" y su primera intención es subir las escaleras. Pero se ha parado tras el hombre y lo mira curiosa.
- ¿Perdone?
- Que con quién habla.
- Con ella -dice señalando a la joven, que está de pie.
- Yo no veo a nadie.
- ¿Cómo que no? ¡Está ahí delante, de pie!
La mujer empieza a asustarse.
- Sólo veo a la chica del suelo... y a usted.
- No creerá que estoy loco, ¿verdad?
"El Paseante" se levanta despacio y se inclina hacia la señora. Ésta profiere un pequeño pero agudo grito y sale corriendo.
- Esto traerá problemas...
"El Paseante" se gira y mira a la joven, envuelta en su luz, pálida como la misma.
- Me temo -"El Paseante" hace una pausa y sigue- que eres un fantasma.
- ¡Un fantasma! -grita la chica.
- Sí.
La muchacha no se lo cree, no quiere creerlo, es imposible. Hace una hora planeaba salir de fiesta por la noche y ahora es un fantasma.
- ¡No puede ser!
- Míralo por ti misma: nadie puede tocarte, tu cuerpo está en el suelo y, parece ser, tampoco pueden verte.
- ¡Pero tú sí puedes verme!
- Eso es lo más extraño. Pero empiezo a acostumbrarme a los sucesos raros.
- ¿Y qué hago yo ahora?
- Veamos...
"El Paseante" piensa un poco y, casi dando un salto, dice:
- ¡Ya está! Camina hacia la luz...
- ¿Qué luz?
- No sé, es lo que siempre dicen...
- Pues yo no veo ninguna.
El desconcierto se apodera de "El Paseante" y no sabe qué hacer. En un intento de probar algo diferente, pregunta a la chica:
- ¿Ya te has hecho a la idea?
- ¿De qué?
- De que estás muerta.
La joven no sabe qué responder, se queda mirando su cuerpo durante un rato y se resigna.
- Tengo que aceptarlo.
- ¿Qué has de aceptar? -pregunta él.
- Que estoy muerta.
En ese momento, el resplandor que rodeaba a la joven crece y se va apoderando de su ser. "El Paseante" ve cómo va desapareciendo en esa luz cegadora en tanto que ella dice:
- Gracias. Ahora sí que veo la luz.
Instantes después, "El Paseante" se queda solo. Hace una llamada con su teléfono móvil y sube las escaleras. Al llegar al último escalón, el silencio de la noche queda roto por el sonido de una sirena.


... FIN ...

martes, 21 de agosto de 2012

Las Cuatro Estaciones: Otoño

El Otoño



21 de Agosto de 2012

Una hoja caída de color pardo
empujada por el aire fresco
vuela alto y con su vuelo
anuncia que el otoño ha llegado.

Seguimos experimentando un cambio, esta vez más triste y apagado, quizá por el oscuro color de la naturaleza o por haber terminado las vacaciones, una estación que muchos no quieren que llegue nunca.

El viento le gana el pulso al sol
y, con ello, refresca el ambiente,
las chaquetas van vistiendo a la gente
y los árboles se mecen con alegría,
balanceando sus hojas todo el día
y dejando que vuelen libremente
para que puedan caer sobre el verde césped
que, poco a poco, cambia a color marrón.

Los días se van volviendo más fríos, acompañados de ráfagas de aire que, a veces, dotan de vida a las chaquetas que hemos sacado del armario y que, a veces, cerramos para abrigarnos ante el cambio.
Nuestros paseos se ven interrumpidos por la caída de las hojas, los fuertes vientos y la noche que, día a día, empieza más temprano.

Es la época de los grandes cambios,
suele aparecer la melancolía
por volver a vivir en la monotonía
de tener que estudiar o ir al trabajo.

Es la estación de la madurez, donde se reflejan las pequeñas decisiones del año ya vivido y ya próximo a terminar. Las pasadas acciones pasan factura y nos ayudan a tomar nuevas y mejores.

Todos sacamos nuestros abrigos,
algunos incluso hasta la estufa;
siempre ves a alguien que busca
a la amable y buena castañera,
que reparte castañas como si fueran
calientes joyas que buscan fuga
de un fuego rojo que las deslumbra
para acabar comidas en un suspiro.

Grandes y pequeños gozan del placer de la "castañada", al amparo del calor de las estufas y disfrutando los disfraces que visten la noche de "Todos los Santos".
Y por un instante, grandes caras de alegría aparecen cuando el famoso puente de Diciembre nos permite disfrutar de algún descanso extra.

Y así con el frío el otoño se va
dejando los suelos de cáscaras llenos
y de hojas que recogen los barrenderos
para dar paso a la estación invernal.

miércoles, 15 de agosto de 2012

El Secreto nº 5


Capítulo 5
15 de Agosto de 2012

Paco estaba realmente extrañado. No por el hecho de que Roberto estuviera en el Salmerín, que sería el último sitio donde podría encontrarse, sino porque Sonia no lo sabía.

- ¿Qué hacéis aquí? -preguntó Roberto.
- Eso mismo iba a preguntarte yo -dijo Paco.
- Yo he venido a ver a Juan.
- ¿Juan? ¿Está Juan aquí? -preguntó Sonia, con trémula voz.
- No -respondió Roberto- creí que venía en el coche en que habéis llegado.
- Pues ya ves que no -dijo Paco con muestras de enfado.
- ¿Y porqué tenía que venir Juan? -inquirió Sonia.
- Me llamó muy nervioso y me dijo que teníamos que hablar urgentemente ... y me citó aquí.

Roberto comenzó a palidecer y a sudar, el labio inferior le temblaba. Paco supuso que sería por el hecho de recordar lo que pasó. A él también le pasaba lo mismo cuando venían a su mente aquellas imágenes. Por eso tuvo que tomar las pastillas. Y, por suerte, pudo dejarlas y hacer una vida más normal, con algunas pesadilas de vez en cuando. Se preguntaba porqué Juan habría llamado a Roberto para citarse en el Salmerín y le intrigaba que Sonia le llamase y le llevase hasta ese mismo sitio.

- ¡Paco! -gritó Sonia- ¡Paco! ¿Te encuentras bien?
- Sí, sí ... perdona, estaba pensando ...
- ¿Y qué puede ser más importante que pensar en porqué estamos aquí? -rugió Roberto.
- Tranquilo, eh, que no soy yo quien ha aparecido en el último sitio donde se le podría encontrar -dijo Paco con un aspaviento.
- ¿Qué quieres decir, capullo? Mira que te parto la cara ...
- ¡Tranquilos, chicos! -dijo Sonia.
- ¿Capullo yo? ¿Quieres que te recuerde a quién le debes tu vida?
- ¡Chicos, he dicho que tranquilos!
- Mi vida no se la debo a nadie ... ¡y menos a ti! -dijo Roberto acercándose a Paco.
- ¡¡Que paréis ya, cojones!! -gritó Sonia, poniéndose entre los dos.

Durante unos segundos que parecieron unas horas, se formó un extraño e incómodo silencio entre los tres. Cuando pareció que Roberto iba a decir algo, se oyó un sonido sordo, como de un fardo que se deja caer desde lo alto, que procedía de la casa.

Los tres se miraron, el miedo asomó en sus ojos y se mantuvieron quietos. Paco, en un esfuerzo mental por combatir sus recuerdos, dijo:

- Creo que deberíamos ver de dónde vino ese ruido.
- Pues adelante, adelante ... luego vuelves y nos lo cuentas -contestó Roberto.
- No, vamos a ir los tres.
- ¿Los tres? -en la voz de Sonia se escuchaba el temor- No creo que sea buena idea.
- Eso, hay que esperar a que venga Juan -secundó Roberto.
- Pues yo voy a ver qué ha provocado ese ruido. -dijo Paco mientras les daba la espalda y se dirigía hacia la casa- Vosotros haced lo que queráis.

Sonia y Roberto se miraron, miraron hacia la carretera y, viendo que no había más que verde y camino, siguieron a Paco hasta la casa.

Cuando llegaron a la casa, por la puerta principal, subieron los cuatro escalones y se acercaron a la puerta. Sonia tocó el brazo de Roberto y, señalando hacia la derecha, dijo:

- Mirad, chicos.



sábado, 11 de agosto de 2012

Las Cuatro Estaciones: Verano

El Verano



11 de Agosto de 2012

La noche más corta del año
a jóvenes y viejos divierte,
el calor del fuego se siente
y celebra con júbilo el verano.

Llegó la estación de las vacaciones con la llamada de la noche más corta, la estación que más nos moviliza pues el sol, imitado por el deslumbrar de fuegos y cohetes, nos regala buenos días.

El sol ya calienta con creces
y las nubes disipa a su paso,
apetece tomar algo helado
y bañarse también en la playa,
acercarse hacia el mar, hacia el agua
y sentirse los pies ya mojados,
refrescarse en un bar sombreado
y volver cada día más veces.

Aunque no sea estación central, el verano ocupa el centro del calendario, dando lugar a las ansiadas vacaciones. Lugares de todo el mundo se convierten en destinos agradables y la naturaleza, en ocasiones, hace que, realmente, merezca la pena visitarla.

En esta época toca
lo que todos llamamos vivir,
el calor de la vida sentir
y tener la cabeza algo loca.

En el paso de bueno a mejor, es el tiempo del crecimiento y de vida en sí, los buenos pensamientos y la alegría de disfrutar. Y el espíritu de juventud vuelve a inundar los corazones de las personas.

Esos cuerpos bañados en sal,
disfrutando de las vacaciones,
dejan salir sus emociones
para seguir disfrutando,
tomando el sol y nadando
hacia el mar, al horizonte,
hacia un lugar lejano donde
seguirán teniendo dichas sin par.

El protagonista siempre es el sol, radiante y caliente, al cual la gente mira de soslayo deseando que siga ahí, que las nubes no lo oculten. Playas y piscinas se convierten en el centro social en esta época, dejando que la gente se deshiniba más y más y que aparezcan tanto nuevas amistades como fugaces amoríos de incierto final.

Y, como todo, el verano termina
y volvemos al trabajo y a estudiar,
deseando que pase un año más
y repetir un verano que no se olvida.

domingo, 5 de agosto de 2012

El Poeta Errante nº 2



Segundas partes nunca fueron buenas
5 de Agosto de 2012


Todos recordamos con alegría, nostalgia, rabia, incertidumbre y otras emociones y sensaciones tan dispares como propias, aquellas segundas partes de películas que nos gustaron en su momento (y hoy día siguen siendo iconos del cine). Hablo, por supuesto, de los famosos dos palitos: II.





El Padrino II, Rocky II, Star Wars II (el famoso Capítulo Cinco), Rambo II, Superman II, Alien II (perdón, ésta fue Aliens) y varias más nos dejaron con un sabor de boca amargo y un regusto a déjà vù que no pudimos quitarnos hasta que no vimos sus terceras partes.

Hoy en día seguimos con el clásico de las segundas partes y ahora nos encontramos con El Coche Fantástico, Las Chicas de Oro, V, El Equipo A y otras series varias que, en un momento dado, tuvimos como el máximo placer televisivo. Ahora nos damos cuenta de haber crecido, haber madurado (sin caernos del árbol, pues nunca estuvimos en uno) y haber cambiado aquella manera de pensar que teníamos, cuando decíamos que siempre seríamos igual, que comeríamos chocolate cuando nos apeteciera y que nos acostaríamos tarde (esto último sí que lo hacemos).

Sólo espero que este segundo blog no sea considerado como una segunda parte de lo que hay en mi pensamiento. Porque no voy a poner números romanos en los títulos, que el latín lo suspendí.

 El Poeta Errante

miércoles, 1 de agosto de 2012

Las Cuatro Estaciones: Primavera

La Primavera



1 de Agosto de 2012

La primavera ha llegado
y se inunda de colores,
llenando las nacientes flores
y de vida iluminando.

Comienza una época que es el inicio del año estacional, una estación ligada a las flores, una estación de enamorados. Todos ansiamos que llegue para disfrutar de nuevo de bellos colores y de nuevas flores.

Empiezan a volar los pájaros,
el aire se carga de energía,
amanece florido cada día
y cubierto de mariposas
que buscan, entre otras cosas,
darle al cuerpo mayor alegría,
con su volar anuncian la brisa
que, fresca, soplará por los páramos.

Los días se hacen cada vez más largos, necesitando un reajuste de una hora, para que el calor se vaya instalando, poco a poco, y dejando que sanas crezcan las flores y hermosos florezcan los árboles, meciéndose con la brisa que aún perdura y silva en el aire.

Es la época del nacimiento,
luz, color y nuevas vidas;
nacen nuevas maravillas,
brotan nuevos sentimientos.

La primera estación siempre es la del nacimiento, donde aparecen nuevos frutos y reviven los que parecían muertos; las personas vuelven a invadir las calles como despertándose de un letargo que ya terminó.

Los animales se despiertan
del letargo de hibernar,
las avecillas volarán
y cantarán los ruiseñores
al ritmo de tambores
que, ficticios, sonarán
y, con garbo, anunciarán
el comienzo de una era nueva.

Los pájaros que emigraron al calor vuelven otra vez y los que aquí quedaron salen de sus escondites y pían con júbilo por la nueva claridad. Los animales van saliendo de su hibernación, adaptándose a las nuevas vistas y a la temperatura que, día tras día, subirá y acompañará las agradables festividades floridas en honor a su estación.

Ya llega el final de este tiempo
y el sol acrecienta su fuerza,
es tiempo de alegría y de fiesta
y el estío le toma el relevo.