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jueves, 31 de enero de 2013

Avances: Febrero '13

Avance

Febrero 2013

Ya hemos pasado el primer mes del año y espero que no se hayan pasado las ansias por leer nuevos blogs.
Aquí traigo, como cada mes, el avance para el próximo, así que estéis informadas/os de las novedades y atentas/os a las publicaciones.
Día 5: Octavo blog de El Poeta Errante, a quien no afecta ni el frío ni las cuestas.
Día 10: Aprovechando la proximidad de San Valentín, una bonita historia de amor en "Un día de San Valentín".
Día 15: ¿De dónde vendrá el grito que han escuchado? ¿Tendrá razón Sonia al decir que es Juan? Descúbrelo en el capítulo 11 de "El Secreto".
Día 20: Esperado e inesperado final para "El Viejo Español y la Niña Cubana". ¡No te lo pierdas!
Día 25: Después de la Introducción, el Capítulo 1 de "El Día Señalado".
Día 28: Avance del próximo mes de Marzo de 2013.
Como siempre, mi más sincero agradecimiento a quienes me seguís, así como a quienes entran esporádicamente y disfrutan con nuevas letras mías.
rpPaco

viernes, 25 de enero de 2013

El Día Señalado 1

EL DÍA SEÑALADO

Introducción

25 de Enero de 2013

Como cada día, puntual, sonó el despertador con su vibrante e insistente sonido, esperando que la mano que le da cuerda todos los días le increpe para apagar su voz hasta la siguiente llamada a la realidad.

Como cada día, se levantó apresurado para ir a trabajar. Trasnochar no le sentaba demasiado bien pero el insomnio se había agudizado por el repentino calor. Aprovechaba entonces para recorrer las calles, casi vacías a esas horas, observar las pocas personas que deambulaban y tomarse una o dos copas hasta que el cuerpo le indicara que estaba preparado para descansar.

Como cada día, casi como un ritual, se levantó, preparó el desayuno, se aseó, se vistió, recogió las cosas que tenía por medio y salió del piso, no sin antes conectar la alarma. Bajó al garaje, se metió en el coche y salió a velocidad prudencial hacia la calle.

Como cada día, condujo por el entramado de calles de la ciudad, fue por la gran avenida, subió casi al final de una inclinada calle y aparcó el coche. Entró en un gran edificio decorado externamente por blanca fachada y coloridos vidrios donde se podía leer "Hotel Descansillo".

Como cada día, se dispuso a realizar su diario trabajo, con sus rutinas marcadas y sus tareas bien distribuidas, cambiándose de ropa para tal efecto y desconociendo el final de un día que no iba a ser como los demás.


domingo, 20 de enero de 2013

El Viejo Español y La Niña Cubana nº 4


La Decisión


... y la apartó, no con desprecio sino con cariño. Miro fijamente a la niña cubana y le dijo:

- Quiero que vivas.

La niña cubana, al oír estas palabras, mutó su rostro en sorpresa e incertidumbre.

- Pero si ya vivo.


Su voz revelaba que nunca antes se había encontrado en una situación como ésta.

- No,- dijo el viejo español -no vives, malvives. Y yo quiero que vivas, con esa energía que tienes y esa decisión.

La niña cubana no sabía qué decir, se encontraba como en medio de un sueño feliz y una pesadilla. Tenía un repentino miedo de no haberle gustado al viejo español y no poder llevar a casa nada de valor para poder comer. También sentía alegría al ver que alguien se preocupaba de ella más allá de lo puro cotidiano.

- Sé que será difícil -prosiguió el viejo español- pero debes mejorar tu estilo de vida. Aún estás a tiempo de triunfar en esta vida.

La niña cubana seguía sin decir nada, escuchando a ese viejo español que le estaba abriendo los ojos y le estaba dando esperanzas a sus sueños, a una vida mejor.

- Sé que no es gran cosa pero, de momento, tendréis para comer bastantes días seguidos- y le alargó un sobre abultado.

La niña cubana lo cogió, brillando en sus oscuros ojos la más sincera de las gracias y, acercándose al viejo español, le dio un beso en la mejilla.


Al día siguiente, mientras el barco se alejaba del puerto, el viejo español se despedía desde la cubierta de su recién ahijada, la niña cubana, y de los padres de ésta, con quienes había hablado la tarde del día anterior.

Vino buscando algo que no sabía qué era y acabó ayudando a otra persona, llevándose mayor satisfacción con lo que había hecho que con lo que podía haber pasado.

martes, 15 de enero de 2013

El Secreto nº 10


Capítulo 10
15 de Enero de 2013


Anselmo y Eulalia mostraban en sus rostros sorpresa, horror, vergüenza e incertidumbre. Sabían que Tomás siempre fue un ser violento que hacía cosas sin sentido, como un loco, sin acordarse después de lo que había hecho. Pero nunca creyeron que hubiera rebasado la línea; era demasiado incomprensible, aun para Tomás.

- Espera un momento, "pegajoso".
-dijo Anselmo- Perdón, quiero decir Paco. -rectificó al ver la mirada de Paco- Tú no tenías familia, ¿no es cierto?
- ¿Y tú qué sabes?
-dijo Paco.
- Veo que sigues sin recordarme ...
- ¿De qué habláis?
-preguntó Eulalia.
- Aquí tu hermano, que parece saberlo todo.
- Todo no,
-dijo Anselmo- sólo lo que he visto.
- Pero ha dicho ...
-siguió Eulalia.
- Sí, sé lo que ha dicho
-contestó Paco bruscamente.
- Eso os lo explico yo
-dijo Sonia.
Roberto se había levantado del suelo, donde quedó aturdido después del accidentado disparo. Ningún rasguño, sólo un susto.

- Cuando Paco tenía 12 años -prosiguió Sonia- sus padres organizaron una fiesta en una cabaña que tenían en la montaña. Fueron ellos, los tíos y los primos de Paco. También Ana.
Paco bajó la cabeza y tragó saliva, duro era el recuerdo, amargo el sentimiento.

- Ana y Paco fueron a jugar fuera de la casa, eran vecinos y se sentían muy unidos. Estuvieron saltando entre la maleza que hay en un campo cercano a la cabaña y estuvieron un buen rato. Entonces notaron que la tierra estaba temblando y, asustados, regresaron a la cabaña. Cuando llegaron allí, el temblor había desaparecido pero la cabaña estaba totalmente destrozada. Habían caído piedras de la montaña a causa del terremoto. Y había dejado la zona arrasada, como si hubiera pasado una demoledora.
Sonia se paró un momento, sequedad en la garganta, una lágrima en sus ojos.

- Después de ser rescatados de allí, y siendo los únicos supervivientes, Paco fue acogido por la familia de Ana. Por eso que, para él, siempre será su hermana.
Paco no decía nada, angustiado por el triste recuerdo. Roberto seguía apartado, atento a lo que se decía, entendiendo y compadeciendo al pobre Paco.
Anselmo notaba un nudo en la garganta, no podía tragar bien, dolor en el cuerpo, pesadez en el alma. Eulalia estaba llorando. Había sido una tarde muy tensa para ella, buscando venganza y encontrando vidas destrozadas por la vida misma y por Tomás.
El silencio se había hecho obligado en el porche, cada cual a sus pensamientos, el aire comenzando a soplar levemente, el día llegando al atardecer, la luz disipándose poco a poco.

- ¡Socorro!
Un grito los sacó de su letargo haciendo que se pusieran de pie.

- ¡Socorro!
-volvió a oírse.
- ¿Juan?
-dijo Sonia abriendo los ojos desmesuradamente.
- ¡Socorro!
- ¡¡Juan!!
-gritó Sonia.


jueves, 10 de enero de 2013

Fue bonito mientras duró... (V)



... ella se dio cuenta de mi creciente excitación y me dijo de ir a su casa que, curiosamente, estaba cerca de allí. Nos dirigimos con paso algo más ligero de lo normal, ella con su brazo en mi cintura, yo con el mío sobre sus hombros.

Cuando llegamos, y después de haber aprovechado en el ascensor para besarnos apasionadamente, entramos en su piso y continuamos con nuestro intercambio de besos, caricias y abrazos.

Me llevó sutilmente, en medio de esa pequeña batalla de placer, hacia el dormitorio y, una vez allí, se paró, se separó de mí y me dijo:

- Ahora podremos realizar juntos nuestras fantasías.

Y, dicho esto, comenzó a desnudarse.

Primero se quitó la chaqueta y cuando estaba desabrochando los botones de su blusa, comencé a oír un sonido familiar y repetitivo. Noté que se había quedado todo a oscuras excepto una pequeña luz a dos pasos de mí.

Alargué el brazo, no sin hacer un extraño y cansado esfuerzo, y vi que era el despertador que me avisaba para levantarme e ir a trabajar ...

¡Maldita la hora en que creí que todo fue real! Hoy es Sábado y no creo que ella vaya a venir, como en mi sueño ... la verdad es que fue bonito mientras duró ... pero qué mala leche me queda para todo el Sábado ...


*-*   FIN   *-*

sábado, 5 de enero de 2013

El Poeta Errante nº 7



Subiendo al Séptimo Cielo
5 de Enero de 2013


El otro día comí un filete a la plancha con patatas asadas, acompañado todo ello por unas hojas de lechuga y unas tiras de pimiento rojo asado. Y disfruté como un bellaco. El día estaba encapotado pero me encontré subiendo al séptimo cielo.
¿Y cuántos cielos debe haber si yo sólo veo uno?
Estas expresiones hechas, a veces nos hacen pensar en nuestra pobre existencia y en lo banal que resultan nuestros actos. Porque si miro hacia arriba, no veo más cielo que el que está sobre mi cabeza. Y a veces ese cielo se enfada y deja caer agua, piedra o nieve, según le convenga. Incluso un día me trajo un par de pinzas para la ropa y dos calcetines de diferente color.
Como todo en esta vida, a veces es mejor dejarse llevar por la corriente, aunque agua no lleve, y disfrutar de los pequeños (y sabrosos) placeres que, a ciencia cierta, no encontraremos en esos cielos que no vemos. Pues el chocolate, aunque divino, sólo lo podremos disfrutar si lo compramos, previo pago, en las tiendas. Como sugerencia, una buena película donde los protagonistas sena más desgraciados que uno mismo (que siempre sube la moral).
Y dejemos de lado creencias que subyugan nuestras mentes e impiden que seamos nosotros mismos, haciéndonos irracionales. Vivamos la vida lo mejor que podamos, ayudando al compañero, y recordando que nuestro vecino también quiere subir al séptimo cielo.
El Poeta Errante