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viernes, 28 de febrero de 2014

Avances: Marzo '14

Marzo 2014

Seguimos en nuestro esfuerzo por traer buenas letras para vuestra lectura y disfrute.

Aquí estamos otro mes más y, después de dos años, seguimos estrenando publicaciones. ¡Porque nos ha abandonado El Columnista! En su lugar tendremos a otra estrella invitada que intentará deleitarnos con sus letras: ¡¡ El Quejas !! Sí, su nombre ya nos da una idea de cómo serán sus escritos pero... no desvelemos nada, de momento.

Simplemente, siéntate, lee y disfruta.

Sin más, os dejo a la ansiosa espera de vuestras publicaciones favoritas.
Día 5: Primera entrega de nuestra nueva estrella invitada, El Quejas. Nos presentará, en sus primera líneas, una breve pero impactante presentación.
Día 10: Continuamos con la serie de relatos de amor, "Un paseo por el corazón". El capítulo de hoy diremos: "Te Quiero".
Día 15: Tercer capítulo de "Novela en capítulos cortos". Apenas hemos empezado y ya tenemos nuestro primer misterio. ¿O no? Veamos cómo continúa la historia.
Día 20: Seguimos con la reciente y estrenada publicación, "Fantasías",que nos da la posibilidad de descubrir qué fantasías corren por el mundo. Mejor dicho, por la mente de muchos. Hoy. "Un Pensamiento"
Día 25: Aún quedan capítulos de la serie semi-negra "Últimos Pensamientos" y hoy nos tropezaremos con un "Mal día".
Día 31: Avance del próximo mes de Abril de 2014.
Como siempre, mi más sincero agradecimiento a quienes me seguís, así como a quienes entran esporádicamente y disfrutan con nuevas letras mías.
rpPaco
Producciones Caponata 2014

martes, 25 de febrero de 2014

Últimos Pensamientos nº 7

Últimos Pensamientos

Duerme plácidamente


25 de Febrero de 2014

Duerme plácidamente mi niña, duerme plácidamente.

Duerme y no muestra sorpresa alguna, quizá no llega al sueño. Las inquietudes han desaparecido de su rostro y se muestra serena, totalmente diferente a cuando está despierta.

Duerme plácidamente mientras observo su rostro angelical, aquél que me enamoró, aquél que logró de mí un "sí, quiero". Poco sabe ella de mis sentimientos, cree lo que quiere y lo que le muestro. Ella no lo sabe. O lo sabe pero no quiere creerlo.

Duerme plácidamente mientras yo contemplo su postura, desnudo su cuerpo sobre el lecho, recorriendo con la mirada su figura. Cuántas veces fue mío ese cuerpo y cuántas más dejó de serlo.

Duerme plácidamente mientras yo recuerdo los años pasados, desde los inicios, ese beso a traición, esas caricias furtivas, ese deseo oculto. Cómo pudo la necesidad mantenerme a su lado es una pregunta eterna, siempre sin respuesta.

Duerme plácidamente y sus gritos y desprecios vuelven a clavarse en mí como afiladas dagas preparadas para la cacería. El enfado súbito, el rechazo inmediato y el posterior olvido se convirtieron en una rutina en la que no quería estar y de la que no sabía salir.

Duerme plácidamente y una mueca muestra en su rostro, la boca girada, un gruñido sordo que se repite en mis recuerdos. Todo para ella y nada para mí, ni siquiera un tiempo en que recogerme mientras ella practicaba sus, ya usuales, monólogos sobre la felicidad y lo que ella esperaba de la vida.

Duerme plácidamente y su respiración se va acelerando, dejando un sonoro ir y venir de aire y vida. Las mentiras, los engaños, las faltas de respeto, posteriores crisis de ansiedad, todo junto, aunque por separado, han ido haciendo desnivelar la balanza del amor-odio, transformando, momento a momento, todos aquellos recuerdos bellos por frustraciones y vejaciones mentales, dejando vencedor al odio por encima del resto.

Duerme plácidamente y sus pensamientos no son testigos de la realidad, no perciben los movimientos a su alrededor, son ajenos a toda acción. Su delicado cuello cambia paulatinamente de color, se torna en morado mientras va exhalando un último aliento de vida, decelerando el corazón.

Bajo la presión que ejercen mis dedos sobre su cuello empiezo a vivir mientras ella, muriendo, duerme plácidamente.

jueves, 20 de febrero de 2014

Fantasías nº 1

Fantasía

20 de Febrero de 2014

... y mis manos se dirigieron a tu cintura con decisión, tomando posesión del destino de tu falda ...

... suavemente, mientras te susurraba al oído lo bella que eres, mis hábiles manos fueron escurriendo la falda de tu cuerpo, haciendo que tu piel se estremeciera con la caricia de la tela sobre ti, bajando cada vez más ...

... con mi lengua busqué recónditos y sensuales puntos a lo largo de tu cuello, intercambiando besos con lametones lentos mientras mis manos ya habían olvidado la falda para concentrarse en acariciar, casi como en un roce, la piel de tus muslos, subiendo y bajando sin dejar un ápice sin tocar ...

... mis labios buscaron ansiosos los tuyos, deseándolos vivamente, ardiendo de pasión, esperándolos húmedos y cálidos ...

... el beso fue largo y apasionado, sin prisas, disfrutando de cada nueva sensación, recorriendo nuestras lenguas el camino del placer mientras nuestras manos estimulaban nuestros cuerpos acariciando cada palmo de nuestra piel, haciendo que se erizase por el tacto de nuestros dedos al pasar por las zonas más sensibles ...

... ambos desnudos, ya éramos uno, solos tú y yo unidos por el deseo, calientes nuestros cuerpos, pecho contra pecho, piernas enlazadas, retozando alegremente entre las sábanas que, parcialmente, cubrían nuestros cuerpos ...

... mis manos se acercaban a tu pecho mientras las tuyas recorrían mi espalda, bajando de vez en cuando y recorriéndola toda con tus dedos; dibujé la forma de tus senos con un dedo que recorría lenta y suavemente el contorno de los mismos, mientras tú cerrabas los ojos y disfrutabas de las sensaciones que sentías ...

... tú encima mío y yo debajo de ti, disfrutando del placer y la emoción de los dos siendo uno, tú arriba a tu ritmo, a tus gustos, deleitándome con cada sensual movimiento de tu cuerpo y paseando mis manos por todos tus ocultos rincones de placer, estimulando todos tus sentidos, sintiéndote gemir en un suspiro furtivo ...

... yo encima tuyo y tú debajo de mí, con tus piernas enlazadas en mi cuerpo, con suaves movimientos estoy dentro de ti, disfrutando y haciéndote disfrutar, tú pidiéndome que siga y yo sin querer parar, deseando que el placer sea eterno ...

... ya no puedo más, estoy llegando al límite y tú también notas la llegada del clímax y te mueves, yo acelero poco a poco y hago un último esfuerzo por aguantar un poco más, tus jadeos me dicen que el éxtasis está llegando, me arañas suavemente la espalda mientras te retuerces de placer, tu cuerpo y el mío acompasados en un ritmo casi frenético, yo muy dentro de ti, tú envolviéndome, los dos llegando juntos al máximo placer posible ...

... el ritmo ha cesado pero nuestros corazones están acelerados, pecho contra pecho, unidos en un sólo ritmo frenético, dejando que fluyan las tan placenteras sensaciones de una pasión compartida, dulces besos que llevan ternura escrita en los labios, un sudor que para nada es incómodo, las fuerzas se van para dejarnos extenuados, tendidos en el lecho, todavía unidos, disfrutando hasta el último segundo de emociones y sensaciones ...

... seguimos siendo uno, abrazados tú y yo en la calma de nuestra pasión expresando nuestro amor con tiernos besos y suaves caricias, con dulces palabras que intentan expresar un sentimiento que llevamos escrito en la mirada, fija la tuya en la mía, con una sonrisa de satisfacción por el tiempo y el placer compartidos, por el amor correspondido.

sábado, 15 de febrero de 2014

Novela en capítulos cortos nº 2

15 de Febrero de 2014

- CAPÍTULO SEGUNDO -

Mientras esperábamos el metro encendí un cigarrillo. El metro estaba abarrotado de gente cuando cogimos el vehículo que nos transportó desde la Plaza de Urquijo hasta el Centro.

Observé la gente que estaba alrededor y me fijé en un hombre de unos cuarenta y cinco años, pelo gris, andar tranquilo, vestía unos pantalones oscuros con zapatos marrón claro. Las uñas de ambos meñiques eran largas y puntiagudas. Llevaba una cazadora marrón oscuro con puños y cuello de cuero. Usaba gafas y portaba una corbata que cerraba el cuello de una camisa de seda color granate claro. Un reloj con cadena de piel se mostraba en su muñeca, fuerte por el trabajo de muchos años. Conversaba con su familia ajeno a su observador. Estaba preocupado. Igual que el resto de la gente. Apenas había movimiento y, sin embargo, la gente no paraba de desplazarse desde origen a destino.

Un silbido algo estridente anunció la inminente llegada del convoy. La gente comenzó a amontonarse cerca del precipicio que dirigía a las vías.

Se abrieron las puertas con metódica precaución, pues un espacio separaba el vagón del andén y la gente se hallaba aprisionada, y nos dispusimos a entrar cuando una ola de indescriptible calor nos azotó la cara con la fuerza de varios ciclones. Ya dentro ocupamos un par de asientos libres en espera de la aulladora llamada anunciando la inminente salida. Nos dispusimos, pues, a llegar donde debíamos ir, con calma y paciencia.

Sobre la marcha, una rubia de aspecto frágil y gran cariño por los niños, unos veintidós o veintitrés años, facciones regulares y expresión sombría, nos preguntó acerca de una parada. Cortésmente, pero, le dije que no teníamos intención de conversar en aquellos momentos pues teníamos la mente en otra parte. Ella se disculpó amablemente. “No tenía que haberlo hecho”, pensé en aquel momento.

Durante varias paradas la gente iba y venía. Nadie sabía con exactitud qué buscaba. Nosotros estábamos llegando a nuestro destino.

- La siguiente es la nuestra.
- Lo sé –contesté.
- ¿Sabes? Hace tiempo que no vamos a tomarnos unas copas por esos bares de abajo. ¿Mañana?
- Si no surge ninguna complicación me gustaría. Debes sentirte orgulloso. ¡Alguien podrá sacarte dinero sin que le vayas a denunciar!
- No creo que lo vaya a hacer. Una persona como yo le…
- Lo siento, es nuestra parada.
- Usted primero, señora –le ofreció a una señora mayor.
- Gracias, chico –respondió la señora.
- Una buena acción para un buen personaje como tú –inquirí- No suele haber mucho muchacho como tú últimamente.
- Gracias, pero para ti soy tan hombre como tú.
- Quizá con una paliza de más.

Saliendo y esquivando los golpes de Carlos nos cercioramos que la policía urbana estaba dentro del metro. Una extraña acción para un cuerpo tan urbano. Si fueran los nacionales no extrañaría tanto pero los tiempos cambian. Estaban investigando a todos los que entraban. Buscaban algo. Le dije a Carlos:

-Corre, tengo un presentimiento.

Corrimos a lo largo del interminable pasillo para salir al exterior. Llegamos al Centro entre zancadas y carreras. Un policía me dio un codazo. Había un cordón policial.

lunes, 10 de febrero de 2014

Un paseo por el corazón nº 3

Cómo te llegué a querer
10 de Febrero de 2014

Duro es para la gente poder vivir sin recordar los momentos de soledad pero más duro es recordar amoríos perdidos, ráfagas de sentimientos convertidas en avalanchas, murales de corazones acabados en la papelera, hilachas largas de cabellos cortadas para mantener una familia.

Mi última compañía fue "ella", era morena con el pelo largo y liso, delgada y robusta a la vez, los ojos tintábanse de un oscuro brillante y la mirada pedía compasión a golpes de sentido. "Ella" era única para mí y no supe guardar el tesoro.

Pero cómo la conocí es lo más misterioso, ni yo llego a recordarlo.

Aunque ya cinco años pasaron desde nuestro primer encuentro a solas, como amigos que quieren conocerse, y dos años con ella que fueron los mejores de mi vida, acariciándola, queriéndola, amándola.

Comenzó todo como una simple salida: ir a tomar algo, charlar, pasear. Más tarde se convirtió en una costumbre quedar tal día a tal hora e ir siempre a un lugar diferente.

Y llegó lo inesperado: no sabíamos dónde ir para no repetir ninguna tarde. Y yo le sugerí ir al lugar donde ella me besó por primera vez y donde yo le declaré mi amor. Le dije que estaba, desde hacía tiempo, enamorado de ella pero que no le comenté nada por temor a perderla como amiga.

Pero aquella tarde en aquel café fue mágica pues estuvimos hablando hasta que nos hartamos y lo pasamos muy bien. Entonces empezamos a salir. Cuando ella tenía algún problema o alguna distracción me la contaba y yo la besaba suave y dulcemente en los labios, la acariciaba melosamente y le decía frases bellas para tranquilizarla.

miércoles, 5 de febrero de 2014

El Columnista nº 10

El Columnista nº 10

5 de Febrero de 2014


Los cielos ya no son admirados como lo fueron antaño. Ahora ya no brillan los luceros que inspiraban bellas palabras o emocionantes amoríos.

Ahora los cielos están cubiertos por el producto de generaciones, la polución del desarrollo y las tecnologías absorbentes.

Ya no habrá más melancolía siquiera al pasear por la playa, plagada de desechos y basura o llena de incívicos jóvenes que se dan a los vicios a tempranas edades.

Y los montes han dejado de ser lugares apacibles donde poder admirar la naturaleza, ahora calcinada por los llamados errores humanos.

Hemos destrozado la belleza de la vida y nos autoproclamamos inteligentes pero no mostramos tal don cuando la tierra brama en nuestra contra o cuando los mares nos castigan por los vertidos y las infamias.

Acabaremos regresando algún día a los viejos hábitos, volveremos a poblar las llanuras de colorida vegetación y tendremos los pastos verdes para que los animales retocen en él.

Al menos, los sueños nadie nos los puede quitar.