<-- Envidia | Pereza |
25 de Marzo de 2015
Paco no se levanta nunca de la cama, ya forma parte de ella. A disgusto se mira en el espejo que tiene al lado con enorme desgana.
No hay humareda ni se le queman las tostadas porque ni ganas tiene de hacerlas. Siquiera hace un mínimo esfuerzo. Hace tiempo que se le acabaron las tostadas.
Extendido en la cama y sin prepararse, no sale del garaje comunitario hacia su trabajo porque no tiene coche, no tiene trabajo y tampoco tiene intención alguna de trabajar.
El único trabajo que podría llegar a realizar a lo largo del día es mirar inerte su habitación y lo que la rodea y llena. Y no lo hace porque supone un esfuerzo demasiado brutal para él.
Tras largas horas finaliza el día y Paco, sin ganas de preparar cena en absoluto, finalmente, muere en la cama de completo aburrimiento.
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