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Vacaciones cristianas
(o cómo el aconfesional acepta lo religioso)
20 de Abril de 2016
Llegamos al tercer mes del año, el mes de las corbatas y enseres masculinos tales como relojes, carteras o cinturones. Y no es por nada pero los alegres (y resignados) padres (los varones) tienen la oportunidad de celebrar su día aunque tengan que trabajar.
Si además su nombre es José, la celebración es doble (y el trabajo también) y comparten con las Josefas tan esplendoroso día (aunque no sea festivo).
Pero lo que nos ocupa la mente es el final de esa cuaresma que nadie ha respetado para llegar a las "festividades" de la Semana Santa. Como su fecha depende del calendario lunar, según cómo esté la luna, se viene en este mes o en el siguiente.
Pero sigamos, sigamos, que durante 50 semanas el gentío apenas se acuerda de deidades (salvo para mentarles en malestares varios) y de vida cristiana poco o nada hace. Pero llega esta Semana (y la de navidad, de la cual ya hablamos) y todo el mundo a procesiones, a levantar ramos y palmitos sin importarles el porqué y a preparar la maleta, que se van de vacaciones.
Sí, sí, somos así de brutos. Nos vamos de vacaciones por Semana Santa (fiesta religiosa) y a la vuelta criticamos el encontrarnos algo religioso por el camino.
Aún no he conocido a nadie que, voluntariamente y por creencias, diga: "Sí, yo voy a trabajar esta semana porque no creo en ello o soy de otra religión".
En fin, que servidor también se va de vacaciones pero dejando el trabajo hecho y aprovechando el tiempo de descanso para preparar la próxima entrega.
Si además su nombre es José, la celebración es doble (y el trabajo también) y comparten con las Josefas tan esplendoroso día (aunque no sea festivo).
Pero lo que nos ocupa la mente es el final de esa cuaresma que nadie ha respetado para llegar a las "festividades" de la Semana Santa. Como su fecha depende del calendario lunar, según cómo esté la luna, se viene en este mes o en el siguiente.
Pero sigamos, sigamos, que durante 50 semanas el gentío apenas se acuerda de deidades (salvo para mentarles en malestares varios) y de vida cristiana poco o nada hace. Pero llega esta Semana (y la de navidad, de la cual ya hablamos) y todo el mundo a procesiones, a levantar ramos y palmitos sin importarles el porqué y a preparar la maleta, que se van de vacaciones.
Sí, sí, somos así de brutos. Nos vamos de vacaciones por Semana Santa (fiesta religiosa) y a la vuelta criticamos el encontrarnos algo religioso por el camino.
Aún no he conocido a nadie que, voluntariamente y por creencias, diga: "Sí, yo voy a trabajar esta semana porque no creo en ello o soy de otra religión".
En fin, que servidor también se va de vacaciones pero dejando el trabajo hecho y aprovechando el tiempo de descanso para preparar la próxima entrega.
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